El fantasma de Pizarro

Había cruzado los cincuneta años y trataba de mantenerse en forma, subiendo las gradas que van a Guapulo, por el camino que siguieron los conquistadores, para llegar al Río Amazonas desde Quito, cuando se le pesentó un fantasma. Era Gonzalo Pizarro, el hermano de Francisco Pizarro el conquistador del Perú.

-Sabes que mi hermano tenía tu edad cuando conquistó el Perú. Pero en ese tiempo, eso era ser viejo.

Francisco fue muy valiente y audaz. ¿Te

imaginas?. Con apenas 168 hombres, sin mapas,

sin saber siquiera dónde estaba, dominó en un solo día al emperador del imperio más grande del mundo de ese tiempo.

-¿Tu hermano seguramente fue feliz cuando ordenó la muerte de nuestro Inca conquistador del Cuzco : Atahualpa?.

- No, al contrario, lloró y se casó con su hermana, eran cuñados. A Atahualpa logramos someterlo el 16 de Noviembre de 1532 y fue muerto el 26 de Julio de 1533, pero él era muy inteligente, aprendió español en 20 días, y al morir, podía incluso escribir, algo que sólo los curas y el escribano lo hacían, el resto lo hablábamos únicamente. El muy astuto demoró meses la entrega de la recompensa de oro y plata que ofreció por su rescate, y en ese tiempo, estando preso, organizó dos ejércitos a cargo de Calcuchima y Quiquis para liberarlo y mató a Huáscar, su hermano el emperador del Cuzco, al que había derrotado en la guerra civil Inca, de 1532. Francisco, mi valiente hermano, lo quería mucho al ig

ual que a su hermana y a mi sobrina, incluso lloró el día de su muerte, estaba a favor de un cogobierno español-Inca, por eso apoyó a Manco Inca, hermano de Atahualpa, para que gobierne a su gente y patrocinó el mestizaje y el cogobierno, pero Manco Inca se reveló

- ¡Claro! Nadie con un poco de dignidad podía soportar impávido. Ustedes eran unos codiciosos, abusivos y crueles. Tú te fuiste a buscar el Dorado y con cuarenta mil indios so-

metidos a fuerza y regresaste casi solo, mientras tu capitán Francisco de Orellana descubría y reclamaba en España sus derechos sobre las tierras del Amazonas .

- Me perdí en la selva casi un año, en ese tiempo Carlos V, muy celoso, fraguó como dividir el territorio que conquistamos, que iba de Colombia a Chile y del Pacífico al Atlántico. Teníamos un territorio mil veces más grande que España y nuestra familia era la más rica, por eso necesitaba eliminarnos y lo consiguió. El emperador no puso un centavo ni arriesgó nada para conquistar el Perú. Nosotros organizamos esta empresa de conquista y nos jugamos la vida.

-¿Y cómo fue la muerte de tu hermano?.

- Rodeado de traidores, se enfrentó con desventaja a sus enemigos. El 26 de junio de 1541, encomendó su vida a su su fiel compañera: su espada y murió peleando con una estocada en el cuello.

Cuando regresé de la selva vengué su muerte y declare al Perú independiente de España. Le gané al ejercito que envió la Corona, aquí en Iñaquito, por el Parque de la Carolina, que entonces era un lago. Pero llegó un cura que fraguó un conspiración en mi contra y tuvo éxito. Terminaron matándome y a los sueños de los Pizarro, de un nuevo reino de indos y mestizos independiente de España.

- Bueno... a los Pizarro se los odia más que recordarlos.

Lo sé, pero creo que mi vida y la de mi hermano con toda su fatalidad fue una hazaña extraordinaria.