El talento

Me quedé con mi corazón en la mano
Nuevamente dependía de terceros
De alguien con alguna habilidad
Que come su pan por mi talento
y llega a creerse indispensable.

Me convirte a mí en su dependiente,
él puede abandonar cualquier trabajo
por un simple antojo atravezado
mientras yo laboro convencido
y con claras convicciones personales.

Aquellas personas que me asisten
esos simples operarios de rutinas
que fijan los acoples y seguros
que pueden andar sin mas amarras
con taximetro cerebral en su cabeza
me son tan requeridos nuevamente,
mi talento depende de su oficio
de su simple conciencia mercenaria .

Es una simbiosis macabra de estos tiempos
En que ese que hace sin amor una rutina
Termina por ser mas importante
Que aquel que piensa y se imagina
el que hace su labor apasionado

Me toca resignarme a esta suerte
A soportar los caprichos de otras mentes
resistir con gallardía esta jornada
Hasta terminar la obra encomendada.

Me queda esperanza en que algún día
Encuentré una persona diferente
que junte su mente con mi mente
y hagamos del trabajo una alegría.