En el Ilaló vivía el mas famoso curandero, que dicen vivió cientos de años enseñando a otros curanderos de la zona. En los días de tormenta eléctrica se colocaba en la cima montaña para recibir en su cuerpo la fuerza de los rayos que en el valle de los Chillos eran lo más temido, Los rayos entraban por su boca y luego orinaba, de sus orines nacían las aguas medicinales del Tingo, La Merced y Alangasí que curaban a los indios, abatidos por las pestes del Dios blanco, pero de sus temibles manos salían rayos mortales que mataban sin piedad a los cristianos.
Para terminar con esa idolatría del los curanderos adoradores del trueno, la Santa Inquisición en la Colonia lo buscó sin resultados,Los temerosos fanáticos católicos ponían en la cumbre del volcán una gran cruz de madera que que los rayos del shamán la quemaba con su diabólico fuego. En gran ceremonia religiosa de exorcismo en 1938 inauguraron una cruz de metal que hasta hoy existe. Las viejas penitentes pidieron a los jóvenes vigilar la cruz en los días de tormenta. Entonces vieron al shamán crucificado que predijo que con su muerte desaparecerían las grandes sementeras de maíz de aquel valle, entonces se cuerpo moribundo se fue convirtiendo en agua caliente en que hasta ahora la gente se cura de sus males y los rayos ya no matan a cristianos.
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