Se quedó dormido en el asiento de un bus. Lo despertó un malandrín negro mal encarado, escupíendole en la cara. Estaba en el Pampón de Esmeraldas.
- ¡Cabrón! ¿ No te enseñó tu madre a respetar a la gente?- le dijo exaltado
-¿Cuál cabrón?... ¡Maldito serrano care verga! y sin más lo envistió con un cuchillo. A duras penas esquivó el puñal.
-Si me tratas de tocar de nuevo te voy a dar una buena patada, fui futbolista profesional.
- ¡Cabrón! ¿ No te enseñó tu madre a respetar a la gente?- le dijo exaltado
-¿Cuál cabrón?... ¡Maldito serrano care verga! y sin más lo envistió con un cuchillo. A duras penas esquivó el puñal.
-Si me tratas de tocar de nuevo te voy a dar una buena patada, fui futbolista profesional.
Aquello hizo dudar al muchacho de apenas 16 años, que tenía a otro como guardaespaldas.
Hacía pocos días que llegó de San Salvador en Centroamérica. Allá la sin razon de las pandillas habían hecho un reino de maldad, donde los adolescentes daban rienda suelta a su desesperanza.
Entonces vio la oportunidad de hacer una escuela de futbol en la playa, sabía que era el lugar de los mejores futbolistas del país y empezó con aqullos pandilleros, compartía con ellos su crisis económica fabricando esperanzas.
Hacía pocos días que llegó de San Salvador en Centroamérica. Allá la sin razon de las pandillas habían hecho un reino de maldad, donde los adolescentes daban rienda suelta a su desesperanza.
Entonces vio la oportunidad de hacer una escuela de futbol en la playa, sabía que era el lugar de los mejores futbolistas del país y empezó con aqullos pandilleros, compartía con ellos su crisis económica fabricando esperanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario