Aquel diario se fundó a comienzos de siglo y se convirtió en un poder capaz de retar a los gobiernos, a los que criticaba para sacar partido. Su fundador logró ser embajador en los Estados Unidos, y una vez en ese país, buscó un mecanismo para ser protegido por ese gobierno, a cambio de mantener una información favorable al coloso del norte, bajo el camuflaje de la libertad de prensa. Su familia era banquera y hoy el gran negocio son sus acciones en las plantaciones de palma africana que debastaban la selva tropical en las provinicas de Sucumbíos y Esmeraldas. "Su majestad" como le llamaba al atrevido Presidente , había ganado en el Tribunal Constitucional, una convocatorioa a plebiscito, para privar a los dueños de medios de comunicación de hacer otras actividades económicas que no fueran las de su medio informativo y la de responsabilizarse por información tergiversada o falsa que publiquen.
-Pero ese ese es pan de todos los días en los medios, desde que hay prensa en el país - pensó aquel veterano periodista que creía que era una bendición el poder trabajar en su profesión en aquel prestigioso diario.
-Hemos elegido un caudillo no un presidente democrático ¡Lo está diciendo el que fuera ayer su principal aliado y el Presidente de la Asamblea!. Esa debe ser nuestra palabra clave y martillar con ella al lector, hasta que voten contra esta consulta popular de Correa- ¿Estamos claros?..¡.Debemos proteger la libertad de prensa y la democracia en este país!.
Al pasar por el aeropuerto de Quito se bajó del bus, algo más meditabundo que de costumbre. De acuerdo a la nueva Constitución del 2008, los periodistas debían estar libres de presiones. Ya había pasado por lo mismo, cuando trabajó en los canales de televisión de un ex-banquero, que se hallaba prófugo de la justicia en Miami. Entonces le tocó camuflar la realidad hasta que aquel robo histórico a los ahorristas originó la emigración masiva de ecuatorianos. Precisamente en aquel aeropuerto vio por última vez a su hermana que hoy volvería, por la crisis de España.
Se sentó con una taza de café, que desde hacía tiempo traducía el color de su conciencia, finalmente sólo era una mancha más al tigre, guardaría sus blancos dientes para el momento oportuno de contar su verdad.
-Pero ese ese es pan de todos los días en los medios, desde que hay prensa en el país - pensó aquel veterano periodista que creía que era una bendición el poder trabajar en su profesión en aquel prestigioso diario.
-Hemos elegido un caudillo no un presidente democrático ¡Lo está diciendo el que fuera ayer su principal aliado y el Presidente de la Asamblea!. Esa debe ser nuestra palabra clave y martillar con ella al lector, hasta que voten contra esta consulta popular de Correa- ¿Estamos claros?..¡.Debemos proteger la libertad de prensa y la democracia en este país!.
Al pasar por el aeropuerto de Quito se bajó del bus, algo más meditabundo que de costumbre. De acuerdo a la nueva Constitución del 2008, los periodistas debían estar libres de presiones. Ya había pasado por lo mismo, cuando trabajó en los canales de televisión de un ex-banquero, que se hallaba prófugo de la justicia en Miami. Entonces le tocó camuflar la realidad hasta que aquel robo histórico a los ahorristas originó la emigración masiva de ecuatorianos. Precisamente en aquel aeropuerto vio por última vez a su hermana que hoy volvería, por la crisis de España.
Se sentó con una taza de café, que desde hacía tiempo traducía el color de su conciencia, finalmente sólo era una mancha más al tigre, guardaría sus blancos dientes para el momento oportuno de contar su verdad.
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