La escuela de ciudadanos

Se sentó con el rector y la vicerectora de su colegio.  Había padecido para cruzar del penúltimo año del colegio al último.  El año anterior fue la mejor alumna de su curso, pero al cruzar el penúltimo nivel, todo cambió.  Sus vacaciones fueron un suplicio alargado desde el segundo trimerste.  En el curso todos sus compañeros se habían complotado contra ella.  Era un curso de 26 estudiantes donde sólo habían 4 hombres.  El complot lo encabezaba la muchacha, que se consideraba y la consideraban la más rica.  Amenudo usaba su tarjeta de crédito para pagar el licor, las discotecas y los juegos de sus compañeros, que la secundaban en su mayor vicio, el alcohol.
Tras dos años de vivir en esta atmósfera,  no encontraba fuerzas para continuar al ver que sus dos  únicas amigas, había dejado el colegio al sentir el asedio por ser sus aliadas.  Estaba sola, los profesores por otra parte, eran uno cultores del memorismo, y les encantaba mandar deberes, de manera que luego de sus entrenamientos deportivo, que le permitió ganar 5 medallas de oro y terminar de campeona intercolegial en su categoría, representando al colegio, no se compadecían del esfuerzo físico que ella hacía cada día, en que al menos 4 horas eran para ganar destrezas, fuerza, agilidad y velocidad.
A la noche, se escapaba por el facebook a relacionarse con la gente que la amaba y la estimaba, dormía 4  o 5 horas y al amanecer empezaba a hacer los deberes, que en muchos casos no los terminaba.  Estos deberes inconclusos  significaban malas notas, pero además estaba obligada a presentarlos, por lo que se sumaban a los nuevos, conviertiéndose en un peso insoportable.
Tenía problemas en geometría, y ¿cómo no?, si a esa profesora no le entendió una palabra de sus clases, pero buscando en You tube y  google ayuda, logró aprender  en un día, lo que en un quimiestre le fué imposible.
Pero además tenía problemas en castellano, y eso era lo más incoherente, pues desde los 16 años, era presentadora en dos programas de televisión, donde el castellano era su herramienta básica.  También en Ambiente, y aquello parecía ridículo, pues había filmado y trabajado para hacer documentales para la televisión, en parques nacionales y áreas protegidas; era la única del curso que conocía los problemas de aquellos lugares en todo el país y vivía en la zona más contaminada de Quito, por lo que era absolutamenete conocedora de esta realidad, pero el profesor, que ni siquiera tenía la menor idea de que eran esos ambientes, ni había visto de tan de cerca la deforestación del Ecuador,  quería que le repitiera de memoria los conceptos y terminología usada por la moda científica de ese momento.
Estaba claro que el colegio y sus profesores eran cultores de un  mundo de ficción, donde la realidad era algo que existía en los textos y no en las calles o campos de su país.
- Hemos considerado tu pedido de presentarte a exámenes y lecciones.  Los profesores no te van a mandar deberes durante dos meses, pero no me digas nada si tus relaciones con tus compañeras van mal.
- Muchas gracias, pero me voy del colegio, fue su respuesta
Un silencia mortal recorrió el ambiente, la estudiante que había puesto el nombre del colegio en alto, tanto en los escenarios deportivos como en la televisión, prefería marcharse.
- Se que muchos profesores a lo mejor ya entienden mi postura, pues yo y mi padre hemos cuestionado los métodos y los contenidos de sus enseñanzas, se que  existe la posibilidad de que me ayuden, pero no es posible para ustedes cambiar la mente de mis compañeras y compañeros, que ha formado un mundillo dentro de esa aula, donde se respira el contubernio, el chisme, el odio, el vicio y el deterioro moral.  Les dejo.  Gracias por todo.

Aquí nos ponen a todos el mismo uniforme, nos piden las mismas respuestas, las mismas conductas.  No nos permiten decidir casi nada por nosotros mismos y el único espacio en que podemos vivir con nuestra propia identidad en el mundo de vicio, la farra, el entretenimiento. ¿ Eso es ser ciudadano?