domingo, 16 de enero de 2011
El rapero
Llegué a la Roldós, ese barrio complicado, desde una madriguera de la miseria llamada Isla Piedad en la ciudad de Esmeraldas. Fuí líder negro de una banda de ladrones que hacían maldades en Quito, hasta que una bala me dejó ciego. Me volví rapero en los buses cantado a Cristo por plata, hasta que Cristo me dijo que se enfrentó con valor al máximo dolor que el fanatismo provoca, hoy me dedicó cantar la sabiduría de Buda, Mahoma, Fidel o Martín Luther King y de del simple hombre aquel que siembra papas en la Sierra o lleva su red al mar.
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