Alamor

Eran los años ochenta en Alamor, una ciudad en próxima a la frontera con Perú. Cuando llegó Lucho, a sus19 años, a aquel pueblito era una zona agobiada por una de las sequías más crudas, una nube de polvo le dio el abrazo de bienvenida. Le acompañaba Hermes un amigo con el que partió de Quito.

Durante sus estudios de secundaria en una academia militar, le enseñaron a odiar a los homosexuales, y le irritaba la forma de arrimarse a su cuerpo, cuando en el trayecto por la Amazonía, les tocó dormir en la carpa de tela verde oliva, sin piso y llena de agujeros, que no les servía cuando llovía.

- ¿Por qué se llama Alamor?- pregunto a su compañero, mientras tomaban una gaseosa, en la vereda, frente a la tienda.

- Porque aquí llegaban los conquistadores a hacer el amor con las indígenas..

- ¿Lo hacías sin problemas?

- ¡Claro!. Hasta ahora es posible.

Pero los días transcurrieron, sin éxitos amorosos, el placer sin tanto embrollo, prejuicio, miradas maliciosas, juegos entre mentiras y atajos, era parte de la mitología que había inventado los minotauros, los dioses del olimpo, los don Juanes. Parecía un imposible esa habilidad de seducir con sólo hacer presencia frente a las mujeres de su interés.

En el 2008 mientras Luis, hacía campaña a favor de la nueva constitución, se Encontró con Hermer que le preguntó

- Aun eres homo fóbico, porque la nueva constitución te da derecho a escoger la opción sexual con la que mejor te identifiques, yo por ejemplo soy gay.

Luis, no se sintió tan sorprendido por esta confesión, pero se dio cuenta de ello 20 años antes.

- Bueno yo soy heterosexual y polígamo por naturaleza monógamo por obligación.

- ¿Cómo es eso?

- Curando hago el amor me éxito si recuerdo todas las mujeres que tuve y puede tener y las que me gustaría que estén compartiendo conmigo y reuno todas las ilusiones que tuve con ellas, para entregar placer a la que comparte mi lecho ahora. Otros hombres, se concentran y perciben exclusivamente a la mujer que tienen en sus brazos y pretenden una vida eterna junto a ella.

- Yo sólo pensaba en un hombre cuando hacía el amor con las mujeres, hasta que pude vivir esta vida. ¿Por qué eres monógamo por obligación?- preguntó Hermes.

- Porque la sociedad y mi amor a mis hijos me obligan a ser exclusivo. No me gusta la idea de tener varios hogares ni al mismo tiempo ni uno después de otro que tengo que apartarme. Pero igualmente, como estoy obligado a trabajar para comer y me gustaría comer sin trabajar, estoy obligado a amar para abrigar el afecto y la seguridad de los seres que me aman.

- ¿Hasta cuando?

- Hasta cuando encuentre otro ser humano, que sólo quiera una aventura pasajera, sin líos ni enredos y con el suficiente arrojo y entrega que una vez sea suficiente.

- ¿Qué ganarían los amantes de ese momento?

- El poder de lo inolvidable