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lunes, 7 de noviembre de 2011

El médico desnudo

   Cuando llegó al pueblo, en los valles calidos y secos de los Andes, septentrionales, tenía la idea de que la salud era una vivencia personal, que empezaba en el reconocimiento del propio cuerpo. Había desarrollado una serie de ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, que combinaban la calistenia con el Yoga.


Los ejercicios comenzaban por los pies, levantando los talones para fortalecer las pantorrillas, luego, flexionaban las articulaciones de los tobillos, las rodillas la cadera, la columna, los hombros, las manos el cuello, e incluso ejercitaba los músculos de la cara y el cuero cabelludo.

A continuación, venían los ejercicios de Yoga, que empezaban con encogerse en el suelo, tratando de tocar la cabeza con las rodillas, mientras se concentraba en el ombligo, recordando los meses que estuvo el vientre de su madre,.después venía una serie de posiciones, que recordaban como fue su vida intrauterina y el paso de una energía abdominal, a una energía torácica, hasta que se paraba verticalmente sobre su cabeza, viendo el mundo al revés; este era el momento de respirar, le seguían una serie de ejercicios para estirar y encorvar la columna hacia atrás. Finalmente, se sentaba con las piernas cruzadas, y luego de ejercitar la vista, se concentraba en su pene, para conseguir una erección. Era una serie de ejercicios, en que forzaba al máximo la respiración controlada y dirigía la sangre hacia los músculos y órganos, mientras inspeccionaba su funcionamiento y anormalidades, tras 50 años de existencia.

Para esto escogía el amanecer en lugares donde podía estar en contacto con la naturaleza, y con una fuente de agua, hasta que el sol venía y sentirlo en la piel, luego del frío húmedo de algún río o arroyo, era el momento de la conjugación de su alma con la vida exterior.

Acostumbraba hacer este ritual en lugares apartados, donde pudiera vivir la desnudez, que consideraba el encuentro con la propia verdad, ahí, la ropa no tenía nada que hacer, y peor ser una modificación temporal de la realidad de cada persona, que lo convierte en otro ser humano de acuerdo a la ocasión.

Cierto día, un campesino que se atrasaba al bus, cruzó por un potrero y se encontró con el médico desnudo, que no dejo sus meditaciones ni mostró vergüenza.

_ Ese médico es un loco que se masturba desnudo en la quebrada- contó en el pueblo.

Aquella opinión se convirtió en rumor, luego en juicio y finalmente en sentencia.

Los paciente que recibían sus cuidados, se sorprendían cuando con sólo poner sus manos calientes sobre el cuerpo de los enfermos, le aliviaba. Nadie entendía el proceso que le permitía al galeno, concentrar su energía y transmitirla, para convertir su cuerpo en medicina para la gente; complementando con dietas, medicinas y ejercicios para hacer mas radical sus terapias.

Pero la ofensa a la moral, esas prácticas ocultas, que atemorizaba a las mujeres jóvenes, y horrorizaban a las más viejas, era vista como maligna.

En sus meditaciones, aquel médico, conseguía la aproximación de Eros, el dios de la vida, en la mitología griega, con Tánatos el dios de la muerte, este ejercicio de acercamiento, era también visible en atención médica. Con Eros, la vitalidad partía de la fuerza de la reproducción celular, que finamente se condensa en los óvulos y espermatozoides, que son la fuerza regenerativa convertida en placer y en perpetuidad biológica, emocional, mnemotécnica, que se traduce en ánimo de compartir, convivir, gozar, proteger, crear y sobre todo, en el mayor de los poderes del ser humano, en ilusión, la esencia de la fuerza de la más imaginativa criatura del planeta.

Las campanas de la Iglesia sonaron, el pueblo se aprestaba a celebrara la Sema Santa, al cura le llegó la noticia del médico extraño que hacía rituales satánicos en lugares apartados, respaldaba el uso de anticonceptivos, y repetía que el aborto clandestino era la principal causa de enfermedad y muerte de mujeres fértiles en este país por lo que se debía revisar las leyes que lo sancionan., pero nunca lo había hecho, porque por buena suerte, nunca tuvo pacientes embarazadas por violación, con trastornos genéticos del feto, o en tan angustiosa situación, que no vieran otra salida. En los campos donde trabajó siempre, el bocado de comida veía de la tierra y del trabajo,  y de una o de otra manera, había, no es como en la ciudad, que si no hay dinero hay colapso total.   A menudo decía a sus pacientes que la diferencia entre el campo y la ciudad está que cuando no hay dinero en el campo a lo mejor no se puede comer, pero en la ciiudad a más de que no se puede comer, no se puede cacar, y esto es más grave e insoportable, porque si no tienes para pagar por el agua de la casa, el servicio higiénico se llena de mierda y ya no se lo puede usar.

Cuando alguna mujer le pidió ayuda para abortar se sentaba con ella y luego de analizar la situación y las perspectivas personales, siempre les animó a vivir la felicidad de ser madres autosuficientes, libres y con un ser de sus entrañas como el enemigo de la soledad, el motivo para dar lo mejor de sí y ser feliz.

Para ese entonces, el gobierno convocó a elecciones, para aprobar la nueva constitución del 2008, a la que la Iglesia Católica llamó la Constitución Abortera, para impedir cualquier cambio que perturbe su histórica manipulación de las almas de este país.



El pueblo negro de aquellos paraje, vivía un catolicismo fanático, que incluso impedía a los protestantes y otras religiones penetrar en el lugar, así que, el cura y un diácono o estudiante para cura del lugar, con su tía, la auxiliar del subcentro de salud, que por décadas había hecho de las suyas en ese pueblo, armaron la toma de la unidad para sacarlo, pero otra parte del pueblo se opuso, porque les estaba claro que era un buen médico.

Un día el médico recibió una mejor oferta de trabajo y se marchó.











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